OPERACIÓN QUEDADA.


Escrito por Miguel Milla Valdivia. 


Escultura expuesta en el Museo Íbeeo de Jaén. 


El 31 de julio de 2020 el Museo Íbero de Jaén recibió en su colección permanente un león íbero datado entre los siglos II-I a.C. procedente de un expolio y recuperado por la Unidad Central de Delincuencia Especializada y Violencia de la Policía Nacional (UDENV Central) en febrero de 2016 en la llamada Operación Quedada. Durante estos poco más de cuatro años de diferencia estuvo alojada en el depósito del Juzgado de lo Penal N° 5 de Granada mientras se celebraba el juicio contra los acusados, un padre y un hijo que tienen una tienda de antigüedades en Granada.


La consejera de Educación de la Junta de Andalucía y el alcalde de Jaén el día que fue la escultura entregada por la Policía Nacional al Museo Íbeeo de Jaén. 


Pero... ¿qué lo hace tan especial como para dedicarle la atención? Lo primero el valor incalculable de la pieza en sí y el hecho de haber sido recuperada para disfrute del ciudadano. También el hecho en sí de su recuperación puesto que es muy difícil hacer este tipo de operaciones ya que el mundo del tráfico de antigüedades es sumamente cerrado, incluso para la inmensa mayoría de anticuarios que por regla general (al menos en España) no operan de manera ilícita.  Y por último la manera de conjugar Historia, Arqueología y Ciencia para poder demostrar que la obra no era falsa y que procedía de un expolio reciente. Vamos al lío lo más escuetamente posible...


Una vez detectados los posibles delincuentes y ante la negativa judicial a permitir escuchas telefónicas la UDEV Central decidió hacerlo a la antigua usanza mediante el seguimiento de los mismos en sus viajes de Granada a Madrid. Esto ocurrió desde diciembre de 2015 hasta su detención en febrero de 2016 en un control de tráfico en Aranjuez (llevaban un coche lanzadera y pudieron saltarse incluso dos controles anteriores). Una vez detenidos, en la furgoneta que conducían encontraron varias piezas arqueológicas, las más importantes el león íbero y un ídolo de la Edad del Cobre o Calcolítico.


Puesto que la Ley de Patrimonio de España es de 1985 y obliga a declarar cualquier objeto histórico o artístico, si un delincuente es pillado "in fraganti" lo normal es que no reconocozca que procede de un expolio (ya sea él el expoliador o un intermediario como en este caso) sino aducir o que es falso o procedente de una herencia anterior a esta fecha. En este caso en particular se declaró que procedía de una herencia recibida en 1978 y que las llevaban a Madrid a subastarlas.


Fotografías he has por el autor en u a visita posterior al Museo Íbeeo de Jaén de las que salen más arriba. 


¿Cómo iban a demostrar que era auténtico y procedente de un expolio reciente? Pues bien, se recurrió a dos catedráticos de Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid y así demostraron ambas cosas...


1) La tierra que tenía incrustada la escultura era reciente, por lo tanto procedía de un expolio y no de una herencia muy anterior.


2) Estilísticamente se corresponde con otros leones íberos utilizados en aquella época en monumentos funerarios ¿Cómo demostrar que es auténtico? Aquí os expongo los principales argumentos:

-Simetría de la pieza. Sigue un patrón determinado pero no perfecto y se nota el trabajo y las marcas de utensilios que usaban en la época. Además hay una parte que rompe dicha simetría y que consiste en una hendidura donde posiblemente hubiera una pestaña de hierro para sujetar la pieza al monumento.

-Tiene que haber restos de amalgama como la que se ha encontrado en otras esculturas y que estaba principalmente hecha de plomo y otros materiales y efectivamente se encontraron esos restos.

-Policromía. Las esculturas íberas (como las egipcias, griegas, romanas, románicas, góticas... De hecho hasta el Renacimiento) estaban pintadas. Aunque a simple vista no se vea suelen quedar restos de los minerales y amalgamas utilizados para aplicar los colores. Rara es la escultura íbera donde no se haya encontrado restos de rojo (ocre) que se hacía con óxido de hierro y muchas de blanco que a su vez se hacía con óxido de plomo. Se encontró restos de ambos.


Aquí podemos apreciar el hueco mediante el cual se introducía una pieza metálica para fijar la escultura a un monumento y en el que se encontraron restos de amalgama. 


En vista a estos hechos y teniendo en cuenta que hacer una falsificación tan perfecta (mismos materiales y su composición, mismas herramientas, estilo, etc) sería demasiado caro y difícil, la conclusión es que es auténtica. Sumado a que se sacó recientemente pudo acusarse a estas dos personas (padre e hijo) y condenarse a dos años de prisión por receptación. Algo es algo y al menos se ha recuperado tan magnífica pieza aunque por desgracia no se sepa exactamente de dónde procede; si se le atribuye a la Alta Andalucía (Córdoba, Jaén o Granada) y se sospecha que puede proceder de la necrópolis íbera de Pinos Puente (Granada). 



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