INGENIO AZUCARERO DE ARMENGOL.

         Escrito por Miguel Milla Valdivia.

La caña de azúcar no es originaria de América como mucha gente piensa sino del Sureste Asiático y Nueva Guinea. Desde allí la llevaron los musulmanes hasta la actual costa sur mediterránea española cuando invadieron la Península Ibérica, particularmente la costa oriental de la provincia de Málaga, la costa de Granada (Costa Tropical) y también la de Almería. Desde esta zona, una vez conquistado el Reino de Granada se llevó a las islas Canarias y posteriormente hasta América, primero españoles y portugueses y después otras naciones europeas.


De esta planta se extrae no sólo azúcar sino otros productos como la llamada miel de caña o bebidas alcohólicas (la más conocida, el ron). Todo el proceso de extracción y transformación se hacía en unos edificios llamados ingenios, que fueron durante mucho tiempo de los principales motores económicos y productivos preindustriales. No sólo estaba el edificio donde se sacaba el azúcar o los alcoholes, éste llevaba aparejado ingeniería hidráulica para mover los molinos, talleres relacionados con el mantenimiento de los ingenios, almacenes o las viviendas de los trabajadores.


Vamos a conocer un poco uno en particular, el conocido como Ingenio Azucarero de Armengol o de Maro. Situado en la pedanía de Maro que es parte de Nerja; está en la costa oriental de Málaga, ya lindando con la de Granada. Desgraciadamente este edificio está casi en ruinas, como otros muchos ingenios de la zona, ya que son muy pocos los que se han restaurado. Una acequia tomaba el agua desde el arroyo de Maro, atravesando el poblado y llevando el agua hasta una rueda hidráulica vertical (que no se ha conservado). Del ingenio propiamente dicho no queda la maquinaria y está medio derruido conservando el muro norte y algunos arcos interiores. Como he indicado antes y al igual que muchos otros ingenios era un complejo de edificios: tenía un almacén para la caña de azúcar, el edificio con la maquinaria, una herrería, un obrador de cerámica, incluso un horno de pan... Y a su alrededor 24 viviendas y un palacete ajardinado para el dueño.


Veamos un pequeño repaso a su historia. En el año 1505 la reina Juana vendió la zona de Maro a su secretario Gaspar de Gricio como señorío territorial por la triste razón de que necesitaba fondos por un lado para pagar el sepelio de su madre Isabel la Católica y por otro para fletar una armada que patrullara por la zona y la defendiera de los ataques de los piratas. En el año 1582 Don Felipe Armengol, licenciado y abogado de la Real Audiencia de Granada, compró a Juan de Gricio Herrera (nieto de Gaspar) el señorío de Maro. Decidió volver a introducir el cultivo de la caña de azúcar (por un tiempo abandonado) al ver su pujanza en la zona granadina y mandó construir el ingenio en el año 1585. Al año siguiente ya estaba en funcionamiento. También hizo abrir un camino que fuera a Granada a través de la Sierra Almijara.

En 1608 adquiere, tanto el ingenio como las tierras de Maro, el capitán (oriundo de Sevilla) Julián Gilberto. En esto, dos de sus hijas tomaron los votos en el convento de Santa Paula de Sevilla y a la muerte de estas dos mujeres estuvo pleiteando el convento por tener este ingenio y sus tierras en propiedad al reclamarlos como herencia hasta el año 1708 en el que le es concedido por resolución judicial. Posteriormente en este mismo siglo XVIII lo adquirió José Miguel Cañaveral, Marqués de Araceli y señor de Maro; título y propiedad que heredó Fernando Pérez del Pulgar por estar casado con la hija de aquel (vamos que pegó el braguetazo). Y así estuvo en poder de sus herederos hasta el año 1930 que fue adquirido por la familia Larios. Sin embargo el ingenio ya no estaba en uso, sufrió un incendio el 2 de febrero de 1870 siendo cerrado a mediados de esa década. Esto nos hace pensar que la familia Larios lo adquiere simplemente para quitarse la posible competencia de enmedio puesto que no hizo nada por ponerlo nuevamente en marcha ni siquiera modernizándola con las nuevas máquinas industriales de vapor.


A pesar de que no se tenga considerado como de gran valor patrimonial (mediano a decir de muchos) considero que su restauración sí lo tiene a nivel turístico ¿la razón? Por un lado está a las afueras del mismo Maro donde se ha hecho un intento de integración urbanística no muy afortunado y en el camino que lleva a la Cala de Maro y el acceso a la Cala Chica. En la dirección contraria Maro está en el borde de una autovía y justamente al otro lado de la misma (con un puente peatonal que la salva) están las tan renombradas cuevas de Nerja. De hecho mientras esperas la hora del recorrido guiado por las cuevas se puede ir andando hasta el ingenio (yo lo he hecho). Un valor añadido, al menos para los españoles, es que el ingenio salió en varios capítulos de la serie (todo un clásico) Verano Azul.



Fotografías del ingenio del autor y de las Cuevas de Nerja de Llanos Lizán Palacios y mi hijo mayor Roberto Milla Laymina.

Bibliografía:

-Campillo Luque, Francisco. "El patrimonio industrial de Nerja II. Los ingenios azucarero", 2015, Clave de Nerja.

-González Tascón, I. "Fábricas hidráulicas españolas", 1992, MOP. Madrid.

-Heredia Flores, Víctor M. "El patrimonio industrial del azúcar en la Axarquía", 2015, Boletín de la Sociedad de Amigos de la Cultura de Vélez-Málaga.

-Rodríguez Marín, Francisco José. "Patrimonio y ciudad. El patrimonio industrial azucarero de la Axarquía. Entre el olvido y la puesta en valor", Isla de Anián.

-Sánchez Sánchez, Francisco José. "La arquitectura del azúcar en la costa oriental malagueña", 2015, Boletín de la Asociación de Amigos de la Cultura de Vélez-Málaga.

-VV. AA. "Plan especial de protección del sitio histórico Paraje Pintoresco de Maro", 2012, Ayto. de Nerja.

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